No soy muy madrugadora pero, ocasionalmente, me levanto temprano y la vida me recompensa con un hermoso amanecer, como este de ayer. Eran las 5:45 a.m. y al pasar hacia la cocina para poner el café, miré por la ventana del comedor y vi este espectáculo. El café podía esperar, tenía que aprovechar la oportunidad y captar la imagen antes de que escapara.
Pues mereció la pena madrugar y que el café esperase, la foto es una preciosidad.
Un abrazo⚘
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Gracias!
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