Cumplir años no es sinónimo de envejecer.

Siempre he disfrutado de celebrar mi cumpleaños, tanto cuando estaba joven como ahora que voy llegando al sexto piso.  Me encanta mirar, brevemente, lo que he hecho en la vida, para luego volver mi mirada al futuro.  Siento que, cada año que pasa, disfruto más de la vida, llena de optimismo por lo que vendrá.  Pienso que cada edad tiene su encanto, sus ventajas, sus posibilidades y sus secretos para navegarla.
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Cuando alguien me dice que ya no quiere cumplir años, lo primero que le pregunto es: ¿quieres morir joven?  Porque la alternativa de no cumplir más años es morir.  No sé ustedes, pero yo prefiero seguir aquí un poco más, todavía tengo mucho que hacer en este mundo.

Sin embargo, tal como dice el título, acumular años y envejecer no son sinónimos.  Se envejece cuando se deja de tener interés en los acontecimientos, las personas y las cosas que nos rodean hoy y cuál será su efecto en nuestra vida mañana.  Se envejece cuando se pasa mirando al pasado con nostalgia y al futuro con temor.

Siempre digo que me ha tocado vivir en la mejor época de la humanidad.  Experimentar cómo crece nuestro conocimiento del universo, los avances médicos y tecnológicos, la liberación de antiguos esquemas de pensamiento, el auge de los viajes, la posibilidad de conectarse a distancia con gente de otros países, culturas y estilos de vida, pero con intereses similares, para mí, es excitante.  No puedo esperar a ver qué otras cosas nos depara el porvenir.

Y ahora me despido ¡tengo un futuro que planear!